"¿Qué pasa si la globalización tecnológica no solo está transformando nuestras vidas diarias, sino también nuestro concepto mismo de humanidad? ¿Estamos preparados para un futuro donde las máquinas tienen más influencia en el trabajo y las decisiones que los humanos? La pregunta clave aquí es: ¿cómo podemos mantener nuestra identidad humana mientras adoptamos estas innovaciones? No se trata simplemente de resistencia al cambio tecnológico; se trata de garantizar que este avance sirva a nuestros mejores intereses colectivos.

" Este pensamiento surge de la preocupación expresada previamente sobre cómo la dependencia excesiva de la tecnología podría erosionar habilidades humanas esenciales como el pensamiento crítico y la interacción social directa.

También plantea interrogantes adicionales acerca del impacto de la automatización creciente en la economía mundial y su potencial efecto discriminatorio hacia ciertos grupos sociales.

Por tanto, esta reflexión invita a una discusión profunda e integral sobre estos temas cruciales.